lunes, 21 de septiembre de 2015

Jabón natural con aceite de escaramujo (rosa canina)


Tengo un vecinito en el pueblo que es un encanto. Este verano charlando con su abuela y su tía me comentaban que era uno de los pocos que ya le habían madurado los tomates. Asombrada les pregunté si tenía huerto. Pues sí, hace un par de años, con sólo siete añitos, le pidió a su abuelo que le dejara un trozo de tierra para plantar zanahorias, tomates, judías…, qué alucine, encontrar a un niño así hoy en día. Al rato llegó, con una bici tres veces más grande que él y le cosí a preguntas. Tímido pero resuelto, me decía, mirándome por encima de las gafas, que le enfadaba mucho pillar a sus primas arrancando sus zanahorias “sin saber si están pa comer”. Lo dicho, un encanto.

Después de más de un mes de este encuentro aún siguen verdes los tomates y ya no van a madurar, así que seguiré los consejos de la gente de por aquí y haré con ellos mermelada. Es admirable el conocimiento que tienen de las plantas de su entorno, a ver, han crecido junto a ellas, las comprenden mejor que nadie. Nada parecido esta vía de conocimiento tan cercana que tener que “pinchar en las redes”.

Pues, hace ya tiempo me abrieron un escaramujo y me enseñaron qué se aprovechaba, “tiene mucha vitamina C”. Eso es, un super antioxidante, y lo tenemos ahí, en el campo, gratis!!






¿Sabéis qué hacen en mi pueblo para conseguir la miel más fluida cuando ha endurecido? Introducen una zanahoria fresca en el tarro. A los pocos días ya la pueden verter sobre las tostadas. ¿No es mejor que el microondas?



lunes, 14 de septiembre de 2015

Exfoliantes


Las diferentes estaciones del año influyen en el ritmo biológico de nuestro cuerpo. Invierno tristeza, primavera alegría, verano calma y otoño es melancólico, dulce, anaranjado y suena a música de tambores.

El ayurveda, profundamente sabio, hace una clara lectura del libro de la naturaleza y de su reloj biológico, aconseja en este tiempo consumir alimentos que equilibren la sequedad y nos preparen de cara al invierno, nutrientes para las reservas internas de humedad. ¿No es lo que hacen los animalitos antes de que llegue el frío, ultimar como locos todos los preparativos para aguantar la dura estación? Pues es tan fácil como hacer lo mismo.

Y ahora, que apetece exfoliarse hagámoslo, pero despacio, día a día. Una exfoliación que dure unas… dos semanas y nos permita llegar limpias e hidratadas a la nueva estación. Siempre con activos sencillos, suaves y naturales que cumplan su función sin efectos secundarios.

Estas pastillas exfoliantes se pueden utilizar cada tres días. Llevan hidrolato de lavanda, aceite de escaramujo, cera de abeja, almidón de arroz, jabón natural rallado y flores secas. Sin granulado o aristas que irriten la piel (desde mi punto de vista los productos que llevan este tipo de textura los considero adecuados sólo para zonas de pies, codos o rodillas).









Y para el día a día, sin pereza, haceros este sencillo exfoliante con ingredientes que seguro tenéis en la cocina:

Dos cucharadas de algún cereal (avena, arroz, maíz, trigo…) con la textura que os guste: almidón, harina o sémola (para una exfoliación suavísima elegir la primera opción). Una cucharada de aceite, el que uséis en casa, ralladura de un limón o naranja y si tenéis algún aceite esencial, mejor, ponedle un par de gotas. Terminamos con un poco de agua para darle la consistencia de una crema espesa. Nada más.

Es una mezcla sencilla y eficaz que puede usarse tanto para el cuerpo como para el rostro y con la frecuencia que queramos. Extenderla con masajes lentos, profundos y rítmicos, para estimular la circulación y aumentar la temperatura corporal permitiendo que la piel absorba los principios activos. Dejadla un ratito si vais con tiempo.

Os lo he puesto fácil.
“La motivación es lo que nos hace empezar, la rutina lo que nos hace continuar”