miércoles, 28 de septiembre de 2016

Jabones de oliva y sésamo. Con agua de manzana


Todavía son muchos a los que les cuesta comprender y dejarse llevar por nuestro ritmo biológico. Con las plantas lo podemos entender rápido: las hojas se levantan al empezar el día y se bajan al anochecer, el girasol tuerce su tallo para “plantarle” cara al sol y microorganismos tan simples como bacterias y algas tienen su propio ciclo a diario.

Y nosotros? Un estudio de los ritmos viene a considerar a la melatonina como el “sincronizador estacional” siendo la luz solar el estimulante por excelencia para que la glándula pineal produzca esta hormona. Su secreción alcanza el máximo por la noche dependiendo de la intensidad de la luz ambiental. Otros factores son el ciclo menstrual, edad, estación del año, tipo de trabajo (diurno/nocturno), stress, ejercicio o ciertos medicamentos.

Pues siguiendo con el estudio esto es lo que ocurre en el día a día, de estación en estación:

Desde el punto de vista de la Cronobiología, existen 2 tipos de personas: los Madrugadores y los Noctámbulos. Los primeros, funcionan mejor en la mañana, siendo lo contrario para los otros, y viceversa. En base a todo lo anterior, se ha descubierto que “la peor” hora para ir al dentista es a las 6 p.m., pues los mecanismos analgésicos endógenos (como por ejemplo, la producción de endorfinas) alcanza su “mínimo” alrededor de esa hora. Asimismo, la tolerancia al alcohol es “mayor” en las tardes. En relación a la alimentación, la “mejor” hora para asimilar la glucosa es en la mañana, por lo cual las condiciones metabólicas óptimas para bajar de peso se presentan cuando la mayor ingesta se hace durante el desayuno. En promedio, el “máximo” rendimiento intelectual se produce entre las 10 a.m. y las 3 p.m. Por otro lado, el “máximo” rendimiento físico se presenta en las tardes. El “mayor “índice de errores se presenta en trabajadores nocturnos alrededor de las 3 de la mañana; asimismo, después de las horas del almuerzo (se hayan o no ingerido alimentos). En las personas que vuelan a otro meridiano, su organismo a veces tarda hasta una semana en adaptarse al nuevo horario.

Algunas de las enfermedades que se presentan “mayormente” en las (a) Mañanas : Artritis reumatoidea (al empezar a moverse), depresión, epilepsia (ciertos casos), fiebre del heno, hipertensión esencial (después del mediodía), migraña, úlcera péptica (temprano), embolia cerebral, infarto del miocardio, angina de pecho, ataque de gota (temprano), bochornos de la menopausia, y rinitis alérgica; (b) Tardes: Ansiedad e hipertensión esencial , osteoartritis, bochornos de la menopausia, úlcera péptica¸(c) atardecer: Ansiedad, bochornos de la menopausia, dermatitis atópica, infarto del miocardio (al empezar el atardecer), intento de suicidio. (d) Noches: Asma, cólico biliar, dermatitis atópica, epilepsia (ciertos casos), y úlcera péptica; (e) Lunes: Infarto del miocardio; (f) Primavera: Migrañas, rinitis alérgica. (g)Verano: Asma. (h) Otoño: Asma, artritis, infarto del miocardio; (i) Invierno: Artritis, depresión/suicidio, infarto del miocardio, rinitis alérgica, seminoma del testículo. Los cirujanos de Florida encontraron que las hemorragias en las amigdalectomías son “mayores durante el 2º. Cuarto de la Luna”.

El jabón lleva un poco de otoño para no perder el ritmo: aceite de oliva macerado con membrillo y manzana, aceite de sésamo, karité, cera de abeja y agua de manzana.







Bienvenido Otoño


lunes, 26 de septiembre de 2016

Jabón y gel de manzana


 Oliva, karité, cera, agua de manzana y arcilla rosa

Aunque este blog básicamente está enfocado en el cuidado de las pieles normales, más que nada porque así es la mía y me gusta contaros lo que sé desde mi experiencia, en ocasiones dejo caer algún tema puntual que me parece interesante y que habéis vivido alguna de vosotras. No sabéis cómo se aprende escuchándoos.

Ya sé que sois muchas las que tenéis problemas de piel, sea por exceso de grasa, sequedad, acné, manchas, rojeces… y que no encontráis mejoría a pesar de los muchos tratamientos a los que os sometéis.

Una chica me hablaba desesperada de su piel grasa, achacando su mal carácter a este problema. La conozco porque utiliza mis jabones y quería probar con alguna crema. La primera pregunta que le hice fue si utilizaba el jabón para limpiarse el cutis. Me dijo que sí, todos los días. La segunda si usaba crema nutritiva, contestó “sss…i” con una mirada entre interrogativa y culpable: - “crema hay que echarse ¿no?”-

Este es el tema: elegir el producto adecuado y cómo usarlo.

La piel está diseñada para lubricarse con aceite, lo produce y lo regula ella misma, en un equilibrio perfecto que a veces se rompe, favoreciendo la sequedad, o todo lo contrario, el exceso de grasa. En este último caso los poros tienden a abrirse al llenarse de secreciones grasosas, siendo las causas principales el factor hormonal o genético. El estrés, mala alimentación y mal cuidado de la piel empeoran el problema.

¿Qué hacer?

Lo primero revisar la alimentación. Importante nutrirse e hidratarse por dentro.

Segundo la limpieza. Jabones poco o nada. Lo del efecto rebote es cierto, si la piel la dejamos excesivamente seca responderá produciendo más grasa para compensar esta carencia. La mejor limpieza es con aceite, sí, es que es un disolvente, va a deshacer “nuestro aceite” que se ha endurecido con impurezas y se encuentra atrapado en los poros (puntos negros). El aceite de ricino es el que aconsejo, diluido en otro más ligero como el de girasol, oliva,… bueno, aquí es el momento de explorar vosotras mismas el tipo de aceite que os sienta bien, cada piel es mundo. Pero que sean de calidad, necesitamos que nos dejen todas sus propiedades.

Una, o en casos severos, dos veces al día hay que limpiar el rostro, extendiendo la mezcla suavemente masajeando un ratito. Retirar con una gasa bien humedecida en agua templada-caliente, procurando que la piel quede sin brillos y suave, satinada. Tan simple y fácil como efectivo, pero daros tiempo y paciencia que la cosmética natural funciona así.

En un principio esto es suficiente, de a poco se puede incorporar algún gel o tónico para hidratar que apenas contenga aceite o esté libre de él. Alcohol nada. Y más adelante si os gusta mucho la limpieza con jabón, os podéis hacer un agua jabonosa o agua micelar, siempre que lleve, ésta última, ingredientes muy suaves.

Voy con las recetas

De la limpiadora:
70 gr. aceite de girasol
30 gr. aceite de ricino
4 gotas de aceite esencial de árbol de té
4 gotas de aceite esencial de lavanda

Del gel hidratante:

100 gr. agua destilada. Podéis enriquecerlo con aguas florales (lavanda o rosas). En este caso lo hice con agua de manzana
10 gr. de aceite de jojoba
5 gr. de gel aloe vera
0,5 gr. de goma xantana
4 gotas de aceite esencial de árbol de té
4 gotas de aceite esencial de lavanda
Disolver la goma xantana en 20 gr. de agua removiendo con una cucharita, si tenéis batidor de leche, mejor, y de a poco incorporar el resto. Añadir el aceite vegetal, el aloe vera y los esenciales, remover.
Esta emulsión podéis hacerla sin la goma xantana. Será igual de rica sólo que no es estable y tendréis que agitarla cada vez que la uséis.
Aplicarlo una vez al día, por la noche si la limpieza la hacéis por la mañana, o al revés.

Del agua micelar:
100 gr. agua jabonosa (con jabón natural rallado -5%)
5 gr. glicerina vegetal o de aceite de ricino
3 gotas de vinagre de manzana
4 gotas de aceite esencial de árbol de té
4 gotas de aceite esencial de lavanda

No hace falta aclarar, como queráis.
Esta limpieza podéis hacerla dos o tres veces por semana, alternado con la de aceite.


Cada quince días preparaos una mascarilla de arcilla, es muy aconsejable en estas pieles. Y los baños de vapor… un clásico que funciona!




lunes, 5 de septiembre de 2016

El estampado de un jabón


Cortar una barra de jabón es una gozada y estamparle un sello a cada uno, casi casi lo mismo.

El jabón tiene, según sus características, un tiempo para dejarse marcar. Los de la foto en veinticuatro horas ya estaban en su punto. Aun así no puedo descuidarme, si la saponificación (proceso en el que se forma el jabón) fue más rápida de lo normal el jabón endurecerá antes y hay que adelantar el corte, ya que el dibujo no podrá penetrar e incluso puede quebrar el jabón.

La mayoría de mis jabones van adornados con sellos y tengo que tenerlo en cuenta a la hora de la formulación. Aquellos que contienen sal, demasiado aceite de coco o cera de abeja se van a resistir duramente, así que no los toco, no soy partidaria de martillear o hacer algo que se le parezca. La verdad es que este tipo de jabón no necesita adorno, sus caras son perfectas, superlisas y muy suaves.

Ingredientes que ablandan el jabón, la miel con diferencia, la fruta, la leche, el azúcar y algunos aceites como el ricino, girasol, almendras y cáñamo. Un exceso de estos componentes puede dilatar la espera para el sellado hasta más de quince días, y tal vez, en el peor de los casos se quede pegado el jabón al sello.

Hay que jugar con las formulaciones hasta cogerle el punto, requiere algo de paciencia. Y es importante intentar que no se alargue demasiado el plazo para marcarlo, al día siguiente, aproximadamente, sería lo recomendable, pero ante la duda toquetear suavemente el jabón por ambas caras y él os dirá si ya está preparado, y si lo está, sólo una presión firme sobre el sello será suficiente para un estampado perfecto.

Las que no queréis renunciar a aquellas fórmulas que os hacen unos jabones estupendos pero no se dejan sellar, podéis endurecerlos a ablandarlos, según requiera, con sal o azúcar (disueltos en agua) ¿Qué cantidad? A vosotras os corresponde encontrar el equilibrio.

(“No hay secreto para el equilibrio. Solo tienes que sentir las olas”)