martes, 17 de octubre de 2017

Mousse de karité y fresas




Gracias a la sobreinformación de las redes, a veces agotadora, las propiedades de la manteca de karité nos las sabemos de carrerilla, así que sin preámbulos que os puedan cansar paso a explicar a las más novatas cómo se hace la mousse para que, con ella y esa maravillosa imaginación, encontréis la receta soñada.

“Para hacer una tarta de manzana, primero tienes que crear un universo” – Carl Sagan

Superfácil, con un 100 % de principio activo!

100 gr. manteca de karité

No vamos a fundir la manteca, directamente batimos (batidora de varillas) los pequeños trozos que deben estar a temperatura ambiente. Aunque os parezca que no va a salir, sale, y después de un ratito, nos encontraremos con un merengue estable, cremoso y suave.




A mí me gusta añadirle algún macerado de frutas (25 % aprox.), en este caso utilicé fresas y girasol ecológico. Por cierto, a las que tenéis “pequeñas plantaciones” dentro de casa, en terrazas o balcones, y sé que sois muchas, no dejéis de sembrar fresas, son tan ornamentales como saludables y ricas.

Podéis incorporarle un 1-2 % de almidón de arroz y unas gotitas de vitamina E, también algún aceite esencial, el que necesite vuestra piel y algo de color. Todos estos añadidos siempre al final mezclando de a poco.

Y bueno, si queréis utilizarla como protectora solar, sustituir el almidón de arroz por óxido de zinc y el aceite de girasol por el de sésamo.

Aceite de fresas:
Cortarlas en láminas y secarlas en horno o deshidratador
Ya secas podéis pulverizarlas o trocearlas directamente con el aceite.
Calentáis a 37 º durante tres horas, removiendo de vez en cuando. Colar con una gasa fina.








Los atardeceres del otoño; qué paz!!!