martes, 19 de abril de 2022

Jabón de sosa y potasa

 


El jabón lleva una combinación de los dos álcalis, hidróxido sódico (sosa) e hidróxido de potasio (potasa), ambos indispensables para la elaboración del jabón. El primero lo hace sólido y opaco, el segundo líquido y semitransparente.

Mis jabones son de sosa, sí que alguna vez los hice con potasa, pero, aparte de resultarme engorroso el proceso, estoy muy enganchada a la pastilla. El motivo de combinar estos dos componentes fue porque necesitaba enternecer al jabón para un sellado limpio, con una dureza alta los detalles del sello no se marcan bien.

Sabéis que los ingredientes que utilizo habitualmente son el aceite de oliva, aceite de coco, cera de abeja y colofonia. Con ellos sale un jabón muy equilibrado aunque algo consistente, y me gusta, pero la idea de cómo ablandarlo sin tener que cambiar o prescindir de mis ingredientes me calentaba la cabeza, es más, quería subir el porcentaje de aceite de coco, ¿por qué?, porque es el mejor para los macerados y porque baja mucho el yodo olvidándote de que se enrancie el jabón, el inconveniente es que lo endurece una barbaridad. La cera y la colofonia también reducen el yodo, aportan suavidad y brillo a la pastilla y aunque la hacen más maleable es insuficiente, vaya que no le veía arreglo.

Es verdad que “todo no se puede”, me lo tengo que repetir a menudo cuando busco al jabón perfecto, sin embargo, esta vez sí se podía. Gracias una coincidencia, que no os cuento para abreviar, deduje que si la potasa hacía jabones líquidos por qué no aplicar un pequeño porcentaje a mi fórmula rebajando la sosa. Thomas Edison dijo que nunca hizo nada por casualidad y ninguno de sus inventos llegaron por accidente, a mí me sucedió lo contrario.

El proceso lo hice igual que siempre, todo fue bien, mejor que bien, la mezcla era supercremosa y brillante y no espesaba tan rápido, aceptó bien la colofonia y las esencias. Ya solo quedaba la gelificación (siempre dejo gelificar a los jabones), tardó algo más en subir la temperatura, pero la mantuvo más tiempo. Esperé ansiosa al día siguiente.

Apareció una barra color “rosamarfil” satinada con visos de transparencia. El corte ideal y la estampación perfecta, lo probé con la lengua y supo dulce, lo probé en la ducha y… lo más.