lunes, 26 de marzo de 2012

Jabón natural de hierbabuena



No me esperaba el color de este jabón. Parece de chocolate pero la tonalidad se la ha dado un cereal, arroz negro. A esto me refiero cuando os comento las sorpresas que a veces nos da un jabón.

El color que soltó el grano de arroz era parecido al de la grosella, muy vivo, pero tras la saponificación quedó así. Después de mirarlo varias veces me gustó o me acostumbré. Conseguir los tonos que quieres empleando ingredientes naturales es complicado. Y aunque dicen que todo es muy difícil antes de ser sencillo, en este caso hay que rendirse o adaptarse a los caprichos del jabón.

Utilice hierbabuena fresca para hacer la maceración en aceite de oliva. Esta planta, muy aromática, tiene propiedades analgésicas y desinfectantes, mejora la circulación de la sangre en la zona donde se aplique y actúa sobre las heridas previniendo que se infecten. Lleva también aceite de argán, coco y manteca de cacao.



Con los mismos ingredientes y diferente diseño

jueves, 15 de marzo de 2012

Jabón natural de manzanilla



Si os fijáis bien en la foto apreciaréis el corte de éste jabón, suave y parejo. Puede ser porque esperé más de veinticuatro horas para cortarlo. Normalmente no tengo tanta paciencia  y antes de lo que debiera corto la barra. (http://www.youtube.com/watch?v=1bk-XrgqAts)

Un jabón muy casero ya que aproveché productos que uso en la cocina y que, en este caso, se les puede dar doble uso.

Lleva infusión de manzanilla silvestre, polvo de zanahoria deshidratada (en otra entrada contaré cómo se hace ésta última, es fácil pero hay que emplear más tiempo del que normalmente tenemos) y para adornarlo le puse bolitas de quinoa ecológica.

Los aceites: de oliva macerado con manzanilla, argán, coco, manteca de cacao, aceite de zanahoria y cera virgen de opérculo.

Cualidades, destacar las de la manzanilla, hacen un jabón especialmente indicado para pieles frágiles y sensibles por sus propiedades calmantes.

martes, 6 de marzo de 2012

Jabón natural de caléndula y romero para el cabello





La primera vez que utilizas un jabón natural para lavarte el pelo no te deja muy convencida. Nada más empezar, te incomoda agarrar una pastilla y frotarte la cabeza, acostumbrada a utilizar el bote de champú, luego te preguntas por qué tarda tanto en sacar espuma y por qué es tan diferente (sus burbujas son tan pequeñitas que parece mousse) y ya en el aclarado notas al tacto un pelo distinto, por lo que dudas si será eficaz o no.

Un porcentaje muy alto de las que aguantan más de un mes utilizando el jabón no querrán volver al champú, pero hay que pasar la prueba; y dejarte convencer de que las burbujas no son sinónimos de limpieza, hay otras muchas sustancias que limpian y no sueltan ni una sola pompa.

El champú industrial lleva, además de detergentes, compuestos para producir abundante espuma (tensioactivos), mientras que un jabón natural no, evitando que el pelo sufra problemas de sequedad y maltrato a causa de estos agentes químicos. La industria para evitar este contratiempo crea el acondicionador, es decir, te ofrece una solución a un problema que ha originado ella. Y los suavizantes o acondicionadores solo son siliconas, algunas solubles y otras no (la mayoría) al agua, que se adhieren al cabello en forma de película de plástico impidiéndole respirar.


Cuesta quitar esa capa de residuos y más de un día para otro. A esto me refería al principio, un jabón natural necesita tiempo para recuperar el cabello, pero lo hace.

Acabar con un consejo, las puntas y zonas secas del cabello, al ser tejido muerto, necesitan mayor protección que el cuero cabelludo que es piel, por lo que es conveniente protegerlas con una crema nutritiva antes del lavado. (Ver entrada “jabón y bálsamo para el cabello").

Jabón natural de romero y caléndula con aceite de argán, oliva, coco, manteca de cacao, aceite de ricino y agua floral de romero.