lunes, 26 de septiembre de 2016

Jabón y gel de manzana


 Oliva, karité, cera, agua de manzana y arcilla rosa

Aunque este blog básicamente está enfocado en el cuidado de las pieles normales, más que nada porque así es la mía y me gusta contaros lo que sé desde mi experiencia, en ocasiones dejo caer algún tema puntual que me parece interesante y que habéis vivido alguna de vosotras. No sabéis cómo se aprende escuchándoos.

Ya sé que sois muchas las que tenéis problemas de piel, sea por exceso de grasa, sequedad, acné, manchas, rojeces… y que no encontráis mejoría a pesar de los muchos tratamientos a los que os sometéis.

Una chica me hablaba desesperada de su piel grasa, achacando su mal carácter a este problema. La conozco porque utiliza mis jabones y quería probar con alguna crema. La primera pregunta que le hice fue si utilizaba el jabón para limpiarse el cutis. Me dijo que sí, todos los días. La segunda si usaba crema nutritiva, contestó “sss…i” con una mirada entre interrogativa y culpable: - “crema hay que echarse ¿no?”-

Este es el tema: elegir el producto adecuado y cómo usarlo.

La piel está diseñada para lubricarse con aceite, lo produce y lo regula ella misma, en un equilibrio perfecto que a veces se rompe, favoreciendo la sequedad, o todo lo contrario, el exceso de grasa. En este último caso los poros tienden a abrirse al llenarse de secreciones grasosas, siendo las causas principales el factor hormonal o genético. El estrés, mala alimentación y mal cuidado de la piel empeoran el problema.

¿Qué hacer?

Lo primero revisar la alimentación. Importante nutrirse e hidratarse por dentro.

Segundo la limpieza. Jabones poco o nada. Lo del efecto rebote es cierto, si la piel la dejamos excesivamente seca responderá produciendo más grasa para compensar esta carencia. La mejor limpieza es con aceite, sí, es que es un disolvente, va a deshacer “nuestro aceite” que se ha endurecido con impurezas y se encuentra atrapado en los poros (puntos negros). El aceite de ricino es el que aconsejo, diluido en otro más ligero como el de girasol, oliva,… bueno, aquí es el momento de explorar vosotras mismas el tipo de aceite que os sienta bien, cada piel es mundo. Pero que sean de calidad, necesitamos que nos dejen todas sus propiedades.

Una, o en casos severos, dos veces al día hay que limpiar el rostro, extendiendo la mezcla suavemente masajeando un ratito. Retirar con una gasa bien humedecida en agua templada-caliente, procurando que la piel quede sin brillos y suave, satinada. Tan simple y fácil como efectivo, pero daros tiempo y paciencia que la cosmética natural funciona así.

En un principio esto es suficiente, de a poco se puede incorporar algún gel o tónico para hidratar que apenas contenga aceite o esté libre de él. Alcohol nada. Y más adelante si os gusta mucho la limpieza con jabón, os podéis hacer un agua jabonosa o agua micelar, siempre que lleve, ésta última, ingredientes muy suaves.

Voy con las recetas

De la limpiadora:
70 gr. aceite de girasol
30 gr. aceite de ricino
4 gotas de aceite esencial de árbol de té
4 gotas de aceite esencial de lavanda

Del gel hidratante:

100 gr. agua destilada. Podéis enriquecerlo con aguas florales (lavanda o rosas). En este caso lo hice con agua de manzana
10 gr. de aceite de jojoba
5 gr. de gel aloe vera
0,5 gr. de goma xantana
4 gotas de aceite esencial de árbol de té
4 gotas de aceite esencial de lavanda
Disolver la goma xantana en 20 gr. de agua removiendo con una cucharita, si tenéis batidor de leche, mejor, y de a poco incorporar el resto. Añadir el aceite vegetal, el aloe vera y los esenciales, remover.
Esta emulsión podéis hacerla sin la goma xantana. Será igual de rica sólo que no es estable y tendréis que agitarla cada vez que la uséis.
Aplicarlo una vez al día, por la noche si la limpieza la hacéis por la mañana, o al revés.

Del agua micelar:
100 gr. agua jabonosa (con jabón natural rallado -5%)
5 gr. glicerina vegetal o de aceite de ricino
3 gotas de vinagre de manzana
4 gotas de aceite esencial de árbol de té
4 gotas de aceite esencial de lavanda

No hace falta aclarar, como queráis.
Esta limpieza podéis hacerla dos o tres veces por semana, alternado con la de aceite.


Cada quince días preparaos una mascarilla de arcilla, es muy aconsejable en estas pieles. Y los baños de vapor… un clásico que funciona!




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