lunes, 1 de septiembre de 2014

Destilando lavanda





“Cuando miramos a una planta debemos verla como a una vieja prima lejana. Hace dos mil millones de años las plantas y los humanos evolucionaron de las mismas células”.

“Tendemos a pensar que somos los seres vivos más poderosos de la Tierra. Sin embargo, las plantas son las que una y otra vez establecen la agenda de la vida”.

Me vinieron estas frases a la cabeza mientras destilaba ¿Será verdad, como dicen, que “condicionan” o “manipulan” el entorno para su propio beneficio?  Su lenguaje, sin duda, es el más directo y efectivo: la seducción. Con sus frutos, aromas, formas y colores cautivan a cualquier animalito que esté dispuesto a esparcir sus semillas. Las orquídeas son un ejemplo claro, imitan el aspecto y el olor de las hembras de algunos insectos, estos hacen el trabajo de polinización y ellas les dan un poco de azúcar. ¿Saben las plantas lo que hacen? Desde luego sus fines o estrategias en la biología evolutiva la han cumplido con creces.

Mi caso también es muy claro, a cambio de su esencia las siembro, las abono, las riego, las podo, las mimo. Viven en un entorno precioso, en un valle, orientadas al sol. El agua es de montaña, sin tratar, no conocen la contaminación, ni saben de pesticidas ni abonos químicos, en fin, están felices y vaya si me lo agradecen.

A mediados o finales de julio, comienzo a recogerlas, más o menos cuando el 50 % de las flores están completamente abiertas. Si se retrasa el corte aparecerán las semillas y hará que disminuya el rendimiento. Las dejo orearse en la sombra un día, al siguiente les quito el tallo y destilo solo la flor. La destilación la hago en el jardín, es un olor muy intenso y en un lugar cerrado agobia bastante. El siguiente paso es separar el aceite del agua, yo me lo salto, congelo todo en bolsas para cubitos de hielo. Y a esperar a un jabón o a una crema.


Los tallos de la lavanda se aprovechan, hago manojos y los cuelgo en el gallinero, a ver si relajo a las gallinas…

ç



 





4 comentarios:

jabones naturales inalen dijo...

Que maravilla de relato, es cierto, yo me he comprado un destilador y lo primero que hice luego fue empezar a sembrar lavandas y romeros!! me siento identificada con tu expresión, un saludo desde estas latitudes lejanas pero unidas por un hilo invisible que nos conecta con lo esencial!

Ana dijo...

Gracias y encantada que compartas mis aficiones.

Unknown dijo...

Gracias por compartir poéticamente tu labor. Da un inmenso placer leer tus encantadores relatos. Con respeto te digo que te admiro y soy tu fanática. Cuanto me gustaría conocerte y visitar tu taller. Desde Puerto Rico te envío mis mejores deseos y un abrazo.

Ana dijo...

Gracias a ti. Te espero si vienes a España. Un abrazo