lunes, 20 de mayo de 2013

Jabón natural de glicerina con agua floral de romero silvestre



Dicen que el olfato es un gran hechicero, con poderes capaces de traer al presente todo tipo de recuerdos y emociones.
Los recuerdos huelen. Me pasa con el jabón de glicerina, es la imagen de mi madre bañando a mi hermano recién nacido. Una casa con este olor siempre lo voy a asociar a un bebé dentro de ella. El jabón era ovalado y me gustaba darle vueltas y vueltas entre las manos hasta aburrirme. 
Pero volviendo al presente, esta pastilla lleva hidrolato de romero silvestre, menos de lo habitual para que no le quite ese olor natural tan rico que tiene. En la crema sí que vais a notar el aroma de esta planta, suave pero inconfundible.
Un jabón transparente debe llevar alcohol, glicerina vegetal, ácido esteárico, azúcar,  aceite de coco, de ricino y (opcional) aceite de soja o uva. Las proporciones varían según se quiera más o menos translúcido pero tienen que ser equilibradas. Cuanto más transparente más blando, o sea, nos va a durar dos días, pero si es un capricho... 
La crema tiene aceite de argán, jojoba, manteca de cacao, karité y cera virgen, además del hidrolato.






martes, 7 de mayo de 2013

Jabón natural de aceite de oliva macerado con camelias



 

 
 
El macerado está hecho en la thermomix durante tres horas a 37º. Lo dejé reposar y aparté lo que iba a necesitar para los jabones y cremas, dejándome un poco para usarlo como limpiador facial y agregándole unas gotitas de aceite esencial de árbol de té y lavanda, así no utilizo a diario el jabón que, por muy natural que sea, no hay que abusar de él.
De los distintos aceites que empleo me quedo con el de oliva y el de argán, son la base de mis productos. Y si tengo que elegir entre los dos, escogería el último. Es el aceite más completo que conozco. Hidrata profundamente la piel y no la engrasa. No es comedogénico, es decir, no obstruye los poros, pudiendo utilizarlo las pieles grasas, mixtas y aquellas propensas al acné o puntos negros, a diferencia de otros aceites como el de germen de trigo, rosa mosqueta, aceite de soja o maíz, que deben evitarse en este tipo de pieles.
A veces los problemas que nos causa algún aceite, es por desconocer cuál de ellos son afines a nuestra piel. Por eso, en ocasiones, hay mala prensa sobre si utilizarlos o no.
Existen calificaciones sobre comedogenicidad que, en numerosos casos, no están basadas en estudios científicos sólo son evidencias anecdóticas. Mi consejo es hacer una su propia investigación y no tener miedo a probar los aceites en la piel, a menudo los beneficios supera con creces el riesgo de los poros tapados.
Si vais a experimentar os recomiendo  que empecéis con el aceite de argán o de oliva. Para pieles muy grasas el de jojoba, avellanas o uvas. Así hasta que encontréis el vuestro. Y si os animáis a macerarlo os dejo esta entrada donde explico cómo enriquecer los aceites.
El jabón lleva, además del macerado de oliva, argán, coco, palma, ricino y cera virgen.
La crema tiene aceite de oliva macerado con camelia, argán, manteca de cacao bio y cera virgen. Con hidrolato de jara y lavanda.
Las propiedades de aceite de camelia son muy parecidas a nuestro aceite de oliva. Es bastante emoliente, da suavidad al cutis y se utiliza también para nutrir el pelo. Pero la mejor referencia que os puedo dar es que es el preferido de las geishas.