Es el jabón batido, no podía ser otro, tan blanco, tan
esponjoso, tan ligero, lleno de burbujas de aire que le hacen flotar en el
agua. Tan divertido y práctico para los críos, no se pierde en la bañera. Tan
cremoso y suave para la piel, cargado de manteca de karité, coco y palma, vaya,
no sé qué más se puede pedir a este jabón, sí, hacerle un agujerito, pasarle
una cinta dorada y colocarlo en el árbol. Es perfecto… o casi.
La crema es una mousse de karité con aceite de macadamia.
Apetece con este frío. Haciéndola ya entras en calor, tienes que estar un
tiempito con la batidora hasta que empieza a subir y parecerse a un merengue.
Lleva aceite esencial de geranio y rosas y la podéis utilizar para lo que
queráis: labios, cabello y zonas secas de la piel.
Recomendaciones para el próximo año, las de siempre, mimar
mucho la piel y hacedla fuerte, que aprenda a cuidarse sola.
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